Muchos viajeros coinciden en que la etapa que atraviesa el Desfiladero de la Hermida y los valles de Liébana es la más impactante porque obervarás paredes verticales, roquedos y un paisaje que impresiona a cada paso. También la ribera del río Nansa es una joya si buscas frescor y calma. En ambos casos, la naturaleza te envuelve por completo.

El Camino Lebaniego tiene una dificultad media, con tramos llanos al inicio y zonas más exigentes al acercarse a la montaña. Lo ideal es recorrerlo en 3 o 4 días, disfrutando del paisaje sin correr. Si te lo tomas con calma, es un camino muy amable y perfectamente asumible.

La primavera y el otoño son perfectos por el clima suave, bosques espectaculares y ríos llenos de vida. En verano, los valles son cálidos pero la montaña refresca, y en invierno encontrarás nieve en cotas altas. Cada estación tiene su encanto, pero la luz de primavera y el color del otoño son difíciles de superar.